Esta semana, el artista plástico Guillermo Vezzosi, comenzó con la tarea de instalar una de sus originales obras hechas íntegramente en material de alambre de color.
Desde hace más de siete años, comenzó con estos trabajos artísticos con alambre con el “interés de trabajar una obra en el espacio y que pudiera ser abordada desde distintos lugares”, cuenta.
La instalación siempre es la misma en cuanto a materiales, pero distinta en su morfología. En cada espacio que vuelve a montar la obra, una muere y aparece otra, con nuevas formas y mensajes.
Para el artista santafesino, pero adoptado por elección en Cerrito, es fundamental que su obra sea vivida: “No hay obra si no se funde con la persona”. Y esa idea le apasiona e inquieta, porque depende de un espacio y un tiempo. Una vez que la obra terminó, sólo quedan imágenes o videos. La mirada, la experiencia, queda condicionada a algunos de los multiples ángulos que llegaron a existir.
A partir de la semana próxima, esta obra tomará una apariencia que buscará dialogar con cada visitante que llegue al Palacio Municipal de Cerrito, contando miles de historias.