La hipnosis vial se trata de un episodio en el que nuestra mente se desconecta de la actividad de conducción que se está llevando a cabo y, pasados unos segundos, vuelve reaccionar a los estímulos externos sin poder recordar qué ha sucedido exactamente en ese tiempo.
Normalmente, esto se da en trayectos nocturnos, con poco tránsito, monótonos, con un trazado muy rectilíneo y paisajes homogéneos.
Además, el cansancio o la rutina del recorrido son factores que incrementan el riesgo de sufrir este fenómeno tan peligroso para la seguridad vial. Y es que, al fin y al cabo, el conductor circula en una especie de estado de trance, en el que no presta la adecuada atención y es incapaz de reaccionar con rapidez a situaciones imprevistas.
Circular en este estado de trance incrementa el riesgo de sufrir un percance en la ruta. Así que para evitarlo es recomendable:
– Ponerse al volante bien descansados.
– Circular sin fijar la vista en un punto.
– Buscar estímulos externos para asegurarnos de que conducis de manera consciente.
– Hacer paradas si el trayecto es largo.
– Hidratarse bien.
– Tener el habitáculo a una temperatura agradable.