En las últimas semanas se ha experimentado en varias regiones de la provincia de Entre Ríos, como así también en otras provincias del país, lo que se denomina explosión demográfica de mosquitos Aedes Albifasciatus. Este es un mosquito silvestre, de color castaño, denominado de inundación, esto quiere decir que las hembras colocan sus huevos en las orillas de los charcos o zonas que se inundan. Los huevos resisten cerca de un año siendo viables, es decir que pueden luego dar larvas.
El Aedes Albifasciatus no transmite el Dengue, Zika, y Chikungunya ni Fiebre Amarilla. Son mosquitos muy fáciles de matar, mientras se posan en la piel. Si bien ésta es una especie muy molesta, no representa una amenaza de consideración para la salud humana.
Con respecto a la fumigación ante esta explosión poblacional de mosquitos, cabe aclarar que si fumigamos “espacios verdes”, sólo estaríamos eliminando algunos ejemplares adultos de mosquito, no deteniendo los nacimientos sucesivos de los huevos. La fumigación no es selectiva, es decir que, así como mata ejemplares de mosquito, también mata todo tipo de insectos, muchos de ellos polinizadores, otros tantos depredadores naturales de los mosquitos, llegando a afectar otros organismos vivos.
Además, dado que los insecticidas que se utilizan para fumigar son tóxicos, esto impacta negativamente en el aire, suelo y agua, produciendo efectos acumulativos dañinos a corto, mediano y largo plazo. La utilización de un mismo insecticida, prolongadamente en el tiempo, produce un corrimiento en la barrera de resistencia de los insectos, debiendo entonces recurrir a cambio de insecticida por otro de mayor toxicidad, con lo efectos que esto acarrea.
Es por ello que, optar por la fumigación no responde a un método de prevención como sí lo es el descacharrado sistemático y sostenido en la comunidad.
El “descacharrado” es la acción de eliminar cuanto cacharro o depósito de agua haya en los patios de las casas, y en su interior, con el fin de reducir al mínimo los posibles criaderos de mosquitos y de terminar con los huevos que pudieron haber quedado depositados en esos recipientes. Esta acción implica tener el “patio limpio”, y libre de recipientes que puedan contener agua.