Este movimiento comenzó en el año 1992 en el sur de la provincia de Santa Fe en Argentina, a partir de Grupos Movilizadores formados por alumnos de las escuelas que participaron en el Plan de Reutilización Productiva de los Residuos Sólidos Domiciliarios, en el que los chicos realizaban el trabajo «puerta a puerta» sensibilizando a la población para que separara sus residuos en orgánicos e inorgánicos.
Esta exitosa experiencia comenzó a expandirse en otras provincias argentinas y luego en otros países, a partir de una alianza estratégica con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), conformándose la Red Internacional de Ecoclubes (RIE) que está compuesta por 25 países de Latinoamérica, además de España y Portugal, sumando más de 15.000 voluntarios compartiendo una misma misión: mejorar la calidad de vida de la población.
La visión en conjunto es fomentar la participación ciudadana para la solución de los problemas que afecten la calidad de vida, a través de la capacitación y la formación de jóvenes que puedan funcionar como «articuladores» de las necesidades locales y generadores de alternativas para la preservación del ambiente, la promoción de la salud y el desarrollo social.
Son espacios en donde los propios jóvenes se convierten en protagonistas capaces de adquirir conocimientos y herramientas para incidir eficazmente en las complejas problemáticas y que afectan al entorno local.
Por eso se ha planteado como objetivos:
• Implementar acciones planificadas que ayuden a mejorar la calidad de vida de las personas.
• Trabajar en la concientización de la población sobre la necesidad de su participación para solucionar los problemas que afectan la estabilidad del ecosistema.
• Difundir todas aquellas actividades que contribuyan al bienestar de la población, a la preservación de los recursos naturales y al logro de un desarrollo sustentable.
Para cumplir con su misión y alcanzar las metas que se proponen, los jóvenes realizan actividades: – De interacción con la comunidad, como ser campañas de concientización, charlas, eventos, etc.
– De fortalecimiento de su organización, como campamentos, convivencias, encuentros, asambleas distritales.
– De apoyo al proceso educativo de sus integrantes, en la que se capacitan en diversos temas como dengue, agua, residuos, arbolado urbano, cambio climático, entre otros.
